martes, 22 de marzo de 2011

ETÉREO

Si supieras cuánto en mí hay que no logro transmitir,
cuántas palabras que se anegan en mi pecho:
desahogos que en mi mundo ficticio no podría concebir.
Cierro los ojos en la noche pero mi mente despierta está
para evocar con nostalgia nuestros días de libertad:
las caricias espontáneas, las miradas, las sonrisas
y el abrazo que deseado cuando llega me hace suspirar...


Recuerdo el bosque que juntos en la noche atravesamos
tomados por tan sólo un instante de nuestras manos
como si la luna pudiera contar al mundo nuestro secreto,
como si los patos del estanque no se hubieran congraciado
de ver en nuestros ojos el brillo de un amor posible y duradero.


Sigue en mí pecho presente la marca de un hambriento beso
que me devora inclemente con un ardor que renovar espero;
¡ay! si supieras cómo lloro cuando pienso en todo lo vivido
y abriendo los ojos me descubro como un pájaro prisionero
que no logra librarse de sus cadenas para volar a tu encuentro.


Tengo en una mano el futuro de lo que construí por años
en la otra el calor de la tuya que aún no llega a pertenecerme:
es frágil el hilo que me sostiene mientras me acerco a mi destino
quisiera como cuando estuve entre tus brazos cerrar los ojos
y creer que la vida es como esa efímera y gloriosa sensación
de poseer plenamente el corazón que junto al mío siente y palpita
sin esperar jamás abrirlos hasta inundado de amor desvanecerme.

Marzo 22 de 2011

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