viernes, 19 de septiembre de 2008

ECUMENISMO EN COLOMBIA


Colombia es un país de contradicciones históricas, de reflexiones inconclusas, de una eterna lucha por superar problemas que se hubieran podido evitar con un poco de previsión; así mismo es una “tierra” de pluralidades convivientes, policroma en sus expresiones culturales, oportunista en sus opciones políticas, híbrida en su sentir religioso. Lugar para grandes debates sobre temas absurdos, a la vez que territorio de indiferencia social, pero de gran compromiso folclórico y deportivo. En fin, escenario donde se cuecen procesos tan diversos, algunas veces necesarios, otras insólitos.
Es posible que la presentación anterior no encaje en un artículo sobre ecumenismo, o que se considere un desatino a la hora de argumentar aspectos teológicos: finalmente, es sólo un modo de introducir como presupuesto el ambiente vital en el cual se están gestando, en nuestro país, interesantes experiencias de unidad entre cristianos, esto es, actividad ecuménica.
Y es que al hablar de ecumenismo, no se está refiriendo otra cosa, que el interés de los seguidores de Jesucristo, por retomar su unidad originaria, no entendiendo ésta como unificación bajo una misma iglesia, sino como la recuperación del carácter eclesial que nos identifica como “cuerpo de Cristo”, en consideración al bautismo que hemos recibido y a nuestra confesión de fe en Dios uno y trino y el reconocimiento de Jesucristo como nuestro Señor y Salvador. Ciertamente, es difícil pensar en unir lo que desde siglos se ha empeñado en estar separado: las cicatrices no se cierran cuando son viejas; mas no se puede ir en contra del deseo de Jesucristo para su iglesia: “Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17:21).
En nuestro país hay un renovado sentir que alienta a la unidad y que trasluce esperanza para los cristianos y que, no puede provenir de otro lugar que de la misma fuerza del Espíritu Santo. Pareciera que la sabiduría del Señor se está revelando en nosotros y que nuestras mentes y corazones por fin se abrieran al mensaje del Evangelio. Sin embargo, para ir adelante en el quehacer ecuménico es necesario considerar que la unidad entre cristianos sólo es posible si hay 1) unidad en la fe (creemos lo mismo); 2) unidad en la Sagrada Escritura (aceptamos y anunciamos el mismo mensaje); 3) unidad en la vida sacramental (vivimos el mismo bautismo y compartimos el mismo pan); 4) unidad en la oración (oramos juntos y unos por otros); 5) unidad en el testimonio de vida cristiana (nos mueve a obrar el mismo espíritu) y 6) unidad en la fidelidad a Cristo y su Evangelio.
Sólo al considerar como principios esenciales para la unidad, los descritos anteriormente, es posible vislumbrar un mayor entendimiento y conocimiento mutuo, mejor percepción de nuestras diferencias reales, es decir, aquellas que nos llevan a admirar al otro por sus dones particulares y a buscar la cooperación recíproca como hermanos. Sólo así, y orando y celebrando juntos, es como podemos identificarnos de modo auténtico y legítimo, sin resentimiento ni vergüenza, como verdaderos cristianos.

Por Nelson Fernando Celis, Lic. en teología.

lunes, 25 de agosto de 2008

Un poco de historia

Este artículo apareció en el diario El Tiempo hace once años, cuando me dedicaba a la Organización que por aquél entonces creé:
Hierbabuena: Cómo Trabarse Con La Vida
Nelson es un joven bogotano de 19 años, estudia ciencias políticas en la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) y sin más recompensa que la satisfacción personal se puso a trabajar por la juventud de San Cristóbal, su barrio.
La idea fue calando en la mente de muchos que hoy se han convertido en multiplicadores de su proyecto.
Nelson estudió su primaria en el colegio Liceo Infantil La María. Allí, Hilda Aura Moreno, no solo le enseñó las primeras letras sino que fue como una abuelita para Nelson, nunca la voy a olvidar, por ella es que he logrado tantas cosas. Me decía que tenía que ser grande, que tenía que ser el mejor y ayudar mucho en mi barrio , estas fueron las ideas que más adelante darían fruto en la vida del joven.
El párroco del barrio, el sacerdote Huertas, conoció a Nelson hace 5 años cuando se estaba preparando para la confirmación y vio que era un líder, en la zona es muy admirado por ser tan inquieto y comprometido , dice el padre, quien añade que incluso ve en Nelson aptitudes vocacionales.
Nelson empezó en el grupo de acólitos de la parroquia, luego fue coordinador del grupo de lectores y luego candidato para irse al seminario Mayor, al que nunca llegó porque tuvo que prestar servicio.
Nos dijeron que teníamos que irnos a prestar servicio al Casanare, éramos 300 y ninguno se quería ir.
El teniente del Ejército desesperado con nosotros nos mandó donde un capitán de la Policía para que escogiera 50 policías bachilleres que faltaban para Bogotá.
La Policía es como muy elitista y el capitán empezó a preguntar que dóne vivía cada uno y que de qué colegio había salido. A los que decían que vivían en Ciudad Bolívar, o barrios del centro y sur, los sacaba del grupo.
Luego empezó a preguntar por los colegios, cuando me preguntó yo le dije que había salido del José Félix Restrepo, que es un colegio distrital, él se confundió y decía Restrepo... Restrepo... me suena ese colegio es bueno cierto? y yo con tal de irme para la Policía le dije: sí, buenísimo .
Así quedé entre los 100 pero aún tenía que pasar otra selección, esta vez nos formó a todos y como nos habían dicho que al entrar al Ejército nos quitaban la ropa y la quemaban, pues yo iba muy mal arreglado y no me quedó de otra que pararme derecho y mirar mal, porque la gente que mira mal se ve imponente, el capitán me miraba por todo lado y me dijo: usted se ve terrible, pase para allá. Y así entré a la policía , dice Nelson mientras se ríe.
Sus ojos verdes brillan, dice que ha sido un peleador y que siempre consigue lo que quiere. Tal vez debido a esto no se da por vencido aunque de empresas imposibles se trate, como ponerse sus propias tareas cuando prestó el servicio militar.
Eso de pararse en una esquina con un pito no es para mi, a mi me dolía la cabeza y me zumbaban los oídos, entonces no lo hacía. Tampoco me gustaba requisar, por todo esto era el peor en servicio .
Terminó por convencer a sus superiores de que le permitieran hacer trabajo comunitario, fue a buscar al padre Huertas y le dijo: padre, présteme un salón y déjeme hacer maravillas . Este fue el comienzo de la Organización Juvenil Hierbabuena.
Hierbabuena empezó en un salón de la Parroquia de San Cristóbal, había libros, balones y hasta clases de karate, pintura, teatro y danza. Todo sin costo para los jóvenes y sin remuneración para Nelson y los dos auxiliares que le ayudaban.
Le pusimos Hierbabuena porque es como la antítesis de la mala hierba. Es como hablar de las cosas bonitas, de que la juventud es la hierba bonita, lo contrario de lo que se escucha siempre de los jóvenes.
Es como trabarse con la vida, volar en roscas grandes donde todos aprendemos , dice Nelson mientras se aparta el pelo de la cara.
Todo este trabajo con la comunidad hizo que fuera escogido como uno de los mejores auxiliares bachilleres de Bogotá el año pasado. Y gracias a su trabajo, el comandante de bachilleres Victor Muñoz lo llamó para dictar talleres a los auxiliares bachilleres.
Su trabajo no termina allí, apenas empieza. Se ha extendido a Aguas Claras y a Guacamayas en el sur de la ciudad. Nelson sonríe y con ese buen humor que lo caracteriza dice de planes para el futuro tengo reactivar el grupo de Hierbabuena San Cristóbal que está un poco abandonado.
Quiero entrar también a la coral de la parroquia, pero como tengo voz de tarro, estoy aprendiendo teclado, para ver si el otro año entro ...porque de que entro... entro , concluye con esa voz firme y esa seguridad que les pone a todas las empresas que inicia y que con su empeño logra sacar adelante.
Publicación eltiempo.com Sección Bogotá Fecha de publicación 20 de noviembre de 1997

miércoles, 28 de mayo de 2008

Pasó con nosotros

Recibí por gmail un boletin con este poema precolombino anónimo, que se dice fue encontrado en una de las llamadas Casas del Canto, en Bolivia, donde la poesía era danzada o cantada y que, Miguel Ángel Asturias recogió en “Antología de Poesía Precolombina”:

Todo esto pasó con nosotros
Todo esto pasó con nosotros.
Nosotros lo vimos,nosotros lo admiramos.
Con suerte lamentosa nos vimos angustiados.
En los caminos yacen dardos rotos,
los cabellos están esparcidos.
Destechadas están las casas,
enrojecidos tienen sus muros.
Gusanos pululan por calles y plazas
y en las paredes están salpicados los huesos.
Rojas están las aguas, están como teñidas
y cuando las bebimos,
fue como si hubiéramos bebido agua de salitre.
Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe,
y era nuestra herencia una red de agujeros.
En los escudos fue su resguardo:
¡pero ni con escudos puede ser sostenida su soledad!
Hemos comido palos de eritrina,
hemos masticado grama salitrosa,
piedras de adobe, ratones, tierra en polvo, gusanos.
Todo esto pasó con nosotros.

domingo, 27 de abril de 2008

¿Resignación?

Frente a la realidad de nuestros pueblos, la resignación parece ir constituyéndose en costumbre. Nuestro mundo, el que nos fue encomendado, el que a diario recreamos, nos supera y enfrenta nuestras capacidades a su ensombrecedora presencia.
La historia nos aplasta con su trágico fluir y, sumidos en la incertidumbre, poco a poco perdemos la fuerza humana para sobreponernos a los problemas.
Pero hoy os digo: la lucha tiene razón de ser, si el ánimo victorioso se mantiene. Somos capaces de tantas maravillas, que basta desear bienestar, para empezar ya a disfrutarlo. No os dejéis vencer por un enemigo etéreo, nuestra fuerza interior es sustrato de vida y creación permanente. Si bien no somos Dios, ni como él, somos artífices de nuestra propia historia: tenemos el don de ser felices y de transmitir nuestra felicidad a otros. ¿Por qué rendirnos, si aún no nos hemos dado por completo en la batalla?
Contad con mi bendición para transformar vuestras dudas en certezas, vuestro desaliento en esperanza, vuestra debilidad en fortaleza, vuestro miedo en amor...
Os saludo.

viernes, 11 de enero de 2008

GRAN MAESTRO: HENRY BERRÍO

Me llena de felicidad saber que alguien a quien quiero mucho y con quien compartí varios años de formación espiritual, sea reconocido como Gran Maestro por el PREMIO COMPARTIR AL MAESTRO: Henry Alberto Berrío, Licenciado en filosofía, de espíritu camiliano como yo. A él mis mejores deseos y un "sei veramente bravo ragazzo!".