lunes, 23 de abril de 2018

Obituariando

Quizá para este día ya haya muerto,
dejo en mis palabras un lacónico testamento:
todo lo que tuve fue sólo el verbo
y hoy lo libero a quien quiera poseerlo.

Quizá para este día ya haya muerto,
pero habré hecho de la vida inútil mi proclama,
de los sueños perdidos un ejemplo,
de la incertidumbre mi consuelo.

Aunque poco importará, pues 
quizá para este día ya haya muerto.