Dejé atrás tu presencia y caminé velozmente hacia mi destino
una gota de sudor resbaló por mi rostro queriendo parecer lágrima
y en mi pecho un intenso dolor me recordaba que eres parte de mí.
Enfrentar mis fantasmas y temores y empezar a vivir de nuevo
arrancar de mi memoria tantas frustraciones y desconsuelos
parecía ser el primer paso a dar en la carrera que comienzo hoy;
el dolor sigue presente, pero no es aquel salvaje y placentero:
es la angustia de entretejer certidumbres, a partir de deseos,
es un nuevo miedo que se alza entre mis racionalidades y desvelos,
en mi impulso de enfrentar la vida ¿cuento con tenerte a mi lado todavía?
¿puedo arrojarme al abismo sabiendo que caeré entre tus brazos?
¿si giro mi rostro hacia el lugar donde nos hemos despedido,
hallaré allí tu dulce figura que espera ansiosa mi triunfal retorno?
¿o seguiré siendo sólo uno en la soledad de mis desconciertos,
en la libertad de un hombre que lo deja todo para encontrar sólo vacío...?
Marzo 20 de 2011
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